Leo en la prensa las penosísimas condiciones por las que tienen que pasar hacinados en pisos patera, donde los propietarios les cobran hasta 500 Euros por un mísero jergón.
Por otra parte, Alemania está asustada por la cantidad de jóvenes de España que están llegando a sus ciudades, lo que comparan con la situación vivida entre los años cincuenta y sesenta. Reconocen que entonces fue una emigración controlada, los trabajadores ya sabían dónde iban a comer , dormir y trabajar, mientras que hoy es un viaje, en algunos casos a ninguna parte.
En tanto el número de parados no para de crecer, ya cinco millones y medio, los dirigentes socialistas siguen a lo suyo. Hasta el último momento han estado repartiendo subvenciones a sus fieles.
Ellos no reconocen una crisis que no sufren en sus huesos por su pertenencia al PSOE, régimen que se ha venido encargando de su protección económica. Anden ellos calientes, ríase el vecindario.
En esta situación tan difícil, el alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo Cazorla, organiza una cena de Navidad del Ayuntamiento con 75 comensales, y un importe aproximado de 3.000 euros.
Los invitados se supone que debían ser trabajadores del Ayuntamiento y no empresas que le trabajan a éste. Normalmente se invita a los clientes y no al revés, pero en realidad se trata de agradecer favores electorales con dinero ajeno.
Yo pienso que el Alcalde, tenía que haber dedicado parte de los 8.000 euros que ha cobrado este mes con la extra y pagar de su bolsillo para quedar bien con sus apoyantes.
De paso quiero valorar positivamente la actitud de los concejales del PP, que se han negado a asistir a la cena y han pedido que el importe de sus cubiertos sea donado a Cáritas. Estamos a la espera de ver el ingreso de los dineros.
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