Hace unos años, Antonio Bailina como presidente local del PP, hizo una campaña de afiliación en la que obtuve mi carnet de militante. Ha pasado mucho tiempo y no se si seguirá en vigor, porque nunca pagué una cuota; por tanto en este momento no se si pertenezco o no al Partido Popular. Aunque no estoy de acuerdo en muchas cuestiones con las formas de hacer de este partido, si me declaro votante, siempre lo he hecho, excepto una vez en las municipales de Tíjola que, maldita sea la hora, aposté por un socialista.
Respecto a mi postura en estos ámbitos de Internet, es de sobra conocida, hago crítica política a políticos porque en el sueldo llevan su penitencia. Nunca me he metido con nadie, excepto con Mangasverdes y Diego Pérez por haber utilizado a serón.tv para criminalizarme a mí y a mi familia, demostrándoles que esas actitudes no salen gratis.
Todo el mundo está en su derecho de opinar lo que quiera, pero se da el caso en que es difícil defender lo indefendible, más cuando se está en posesión de una masa cerebral del tamaño de una cabeza de alfiler. Este es el caso de los sicarios que actuaron en las fiestas de los Zoilos.
Desde el primer momento supe quiénes eran, pero tengo que agradecer a la persona que me los identificó su valentía para decírmelo y contará con mi silencio y reconocimiento personal mientras viva.
Se trata de unos panzones muy queridos en el pueblo, si, muy queridos, pero con un amor comprado a base del miedo que intentan imponer.
Ese amor que se les profesa por donde quiera que van transciende nuestras fronteras, destacando los territorios del antiguo protectorado español de Marruecos y las serranías colombianas. Allí queridísimos, sobre todo por los pobres agricultores dedicados a las plantaciones del cannabis y la hoja de coca respectivamente, de cuyos productos son unos excelentes consumidores.
Alguno de los miembros de esta banda de la porra son muy queridos también por las damas de los locales de alterne a las que llaman por su nombre de pila y no dudarían visitarlas con combustible pagado por las arcas públicas, llegado el caso.
Como vuestra canallada no ha dado el resultado pretendido, os voy a dar alguna idea, porque de ideas y de cerebro andáis cortos, la próxima vez os ponéis un pasamontañas y me hacéis una emboscada en cualquier callejón del Pueblo a las tres de la madrugada, cuando insomne alivio mis penas en los recuerdos; digo con pasamontañas, porque si tengo la suerte de salir vivo no podré identificaros. También rajar las cuatro ruedas de mi coche o cortar el conducto del líquido de frenos para que me estrelle en la casa de Pepe Bernardo.
Nada positivo le aportáis al pueblo, por el contrario lo utilizáis para vivir, así como otros medios que este régimen corrupto socialista andaluz os proporciona, de otra forma estaríais sacándole brillo a los contenedores de basura.
No me voy a olvidar del suceso, nunca me he escondido para decir lo que pienso, no como vosotros que sois unos cobardes barriobajeros. Prometo que durante este año os voy a poner frente al espejo de vuestras vergüenzas.
Ala, ya podéis empezar a preparar otro panfleto, y esta vez me dibujáis en un coche oficial con logotipo propio o ajeno.
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