miércoles, 10 de diciembre de 2008
EL CEMENTERIO
Por favor silencio en el Campo Santo
lecho de descanso de los seres
que recibieron la muerte con espanto
y nada saben de lirios y claveles
Huerto desolado de rosas sin aromas
vereda de espinas hacia la otra vida
punto final de genes y cromosomas
sin un lamento al llegar la despedida
Tierra Santa del final destino donde
brillan las sombras en la madrugada
tras esa bruma el destino esconde
para unos todo, para otros la nada.
Oh jardín de flores oscuras
que adornas la soledad del silencio eterno
doctores, sabios, mendigos, curas
no importa quien, si la suegra, el yerno.
Eres losa, el olvido de las risas claras
la que el sol nubla con las esperanzas
la que mide con las mismas varas
a pobres nacidos y ricas crianzas
Oh cementerio de caballones secos
que cubren las calaveras blancas
enmudeciendo gritos, apagando ecos
a los humanos, de su mundo arrancas.
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