Desde Serón, por la Huerta al Pago
podía beber agua en tres fuentes
que del subsuelo nacientes
me llamaban para echarme un trago.
La Paloma, desconocía su destino
calando la tierra buscaba brazales
creciendo juncos en sus humedales
se perdía, sin encontrar su camino
Al poco, sin apenas darme cuenta
cada día su corriente era más floja
donde reinaba el verde nació una boja
el barro se hizo tierra amarillenta
Este morir me produce escalofrío
ver el huerto seco sin un cultivo
la ambición cegada por el olivo
llevar al secano, ilógico el regadío
¡Qué será del futuro sin agua!
el sol dejará la tierra al descubierto
a merced del implacable desierto,
hierro quemado, al calor de la fragua.
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