viernes, 8 de enero de 2010



Oh Plaza, dime tu dónde
si bajo la rejilla fría que el agua
traga, tu belleza esconde
como la flor que tapó la enagua.

Porque ciego de pasión yo no
veo más que espacios torpes
tus bancos, fichas de dominó
que el viento derribó a golpes

Esas figuras marmóreas
trazos de lineales esculturas
indefinidas, lúgubres, etéreas
como losas de grises sepulturas.

En el crepúsculo del Invierno
en la frontera de mis ojos
se extienden las llanuras del infierno
la modernidad en despojos

Y busco flores a la aurora
entre trineos de bandurrias y laudes
en su ausencia mi alma llora
sin alegrías ni virtudes

y allí, junto a la Palmera
simulando un rincón resplandeciente,
se pueden ver desde afuera
los colores de tu fuente.

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