miércoles, 20 de enero de 2010


Se fueron las noches de magia
en los rincones repletos
de palomas invisibles
que trazaban en el cielo
lunas de arco iris.
Mi Plaza era la poesía,
y en el jardín del corazón
escribo versos sangrantes
de rosas muertas.
¡Ay jazmines mudos
perdidos en los azahares
en que vaga la alevosía
de inciertas madrugadas!.
Tus losas de mármol transitan
por la nocturnidad de mis sueños
anclados en días de antes
de hermosas flores.
Embargado por la pena lloro
el llanto de mis delirios,
entre tierra y peces, mis clamores;
tal vez llegó el fin del mundo
con las líneas suicidas
de bancos y moreras secas
que amargan lo cotidiano
y asesinan esperanzas.

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