lunes, 27 de julio de 2009

SERÓN DESDE LAS NUBES

Mi tío Emilio Cazorla

Un día me subí a la Campana del Castillo
y desde allí, de un salto alcancé una nube
de esto hace mucho, pues era un chiquillo
pero recuerdo la mejor vista que nunca tuve

Abajo, Enrique Maqueque regaba la Plaza
que se estaba preparando para las Fiestas
ya habia llegado Alfonzo con su turrón de Baza
junto a Paco de Rogelio, las barquillas descompuestas.

Debajo del muro montaban una caseta de Tiro
y por allí olismeaba Paquito el Chuscarro
por entonces, aprendiz de Pepe el Chachiro,
habría hecho un descanso para fumar un cigarro

De pronto bajó de un coche la Quicos del Tio Domene
que hacía unos años se fué a Barcelona
por lo visto, cogió en la estación el taxi del Nene
y venia muy cambiada, era ya una cuarentona.

Más arriba don Juan paseaba por la acera de la Farmacia
aunque era Alcalde, lucir la vara nunca le entusiasmó
formaba parte en Serón de la aristocracia
y prefería jugar tranquilo su partida al dominó.

Nunca había visto el pueblo desde aquella posición
y todo parecía irreal, como si estuviera loco
cuando escuché unos cascos trotar por mi callejón,
su yegua subía a la cuadra, el bueno de Pepe el Roco.

Con un ramo de flores distinguí a Trinica
en la Plaza de Arriba subiendo las escaleras
me pareció también reconocer a Lolica
en la puerta de la Ermita entre otras veinteañeras.

Y mi tía Remedios en la cuesta de la Umbría
prohibiendo a su Emilio Cazorla sacar la burra
¿es que no te has enterado que hoy no es el día?
¡si vas al campo, al volver te daré una zurra!

Y las mellizas de don Pepe iban a arreglarse
después del Castillo venia la Procesión
ellas ponían bastante interés en acicalarse
aunque de novios no había ninguna proposición

No era el mismo caso el de Antonia la Maloja,
que se yo que el amor sí llamó a su puerta,
pero antes de sufrir en su pecho una congoja
dejó a un payo plantado con la boca abierta

Más abajo observé con su traje enlutado
llegando a su casa a Antonio el Rulito
le gustaba ver las fiestas con su familia sentado
en el muro del jardín tan frondoso y tan bonito.

Entonces escuché gritar a Enrique Levita
seguramente la llevaba con un parroquiano
que le hubiera dicho que a su linda tasquita
pa molestar la llamaban “el bar del gitano”

En aquel momento sentí que me resbalaba
y que caia sobre un tejado lentamente
cuando la imagen de la muerte se acercaba
me desperté en mi casa tan dulcemente.

2 comentarios:

Francisco Cánovas Domene dijo...

Siempre asombroso, Seronero. Me ha impactado especialmente la foto de Emilio, tio tuyo y primo de mi padre. Esta familia -tu tía tu prima y tu primo- estaban muy unidos a nosotros, pues quizás recordarás que tu prima cosía en casa de mi madre. Y con tu primo jugué mucho en su portal cuando estaban allí los Ávila (Pepenrique, Néstor, etc). ¡O tempora! Saludos.

seronero dijo...

Se que mi tia Remedios y mi madre querian mucho a Encarna Pérez, mi madre madre hablaba mucho de su categoria humana.

MI tio Emilio Cazorla era una bellísima persona, era muy cariñoso conmigo y me gustaba acompañarlo al Olivar, a los Canos y a la Rambla, donde tenian el pozo y la balsa en la que disfruté mucho, pero el agua estaba más fria que la madre que la parió.

Mi tio hacia el mejor vino del pais de Serón y yo le ayudaba a pisar la uva en una pileta que hizo en la entrada de las cuadras.

Y mi tia hacia el mejor chorizo y la mejor morcilla de Serón, Todos la queriamos mucho, era la mayor de las hermanas de mi madre y la llamabamos "La Chacha"

Un saludo.

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