miércoles, 15 de junio de 2011


Queridísimos amigos, no me hablan
ni un saludo, un buenas tardes, un adiós
un careto contrariado a rajatabla
cual verdugo ante reo en su paredón.

Se critica la alfombra de su camino
y la meta inmerecida que alcanzó
¡Qué penosa la ascensión, qué agrio vino
qué estridente aquel cohete que estalló!.

Doloroso debe ser y tan amargo
ese nudo vergonzoso que amarró
a las riendas de la dirección de un carro
cuando el potro en ciego afán se desbocó.

No me hablan, no me miman, no me tienen
el aprecio que nace del corazón
me rechazan cual piojoso quince eme
persiguiendo por la calle a Gallardón.

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