sábado, 14 de mayo de 2011

CINCO MILLONES, POR PEPE BERMÚDEZ


Cinco millones de cruces esperan justicia.
Cinco millones de almas claman venganza por el hambre que padecen los hijos de la vergüenza
de los que braman mentiras abyectas henchidas de odio y sangre, mientras que sus chachas les lavan y planchan los trajes de pana.

Cinco millones de desesperanzas llevan un voto de amargura, como si todo se fuera a solucionar mañana, como si todo se aplazara hasta encontrar el lugar exacto donde excavar la fosa del que trabaja.

Cinco millones de vergüenzas esperan el triunfo final de la muerte para descansar en paz de tanto oprobio, y de tanta afrenta y de tanta estúpidez proclamada desde los púlpitos de los sectarios.

Cinco millones de razones esperan,
aparcados en la cuneta de la vida, esperan,
denostados, vilipendiados, ultrajados, esperan.
cinco millones de hombres solo les queda de hombres una cosa: esperan.

Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el tiempo, la nada y la espera.

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