Veo por ahí cómo le restan importancia a lo sucedido en la final de la Copa del Rey y a mí la verdad que se me caen los calzoncillos a plomo.
La culpa la tienen, dicen, aquellos que hablan del tema, lo mejor es ignorarlo y mirar para otro lado.
De la izquierda nos podemos esperar cualquier cosa, es antinacional dentro de su propia nación; de los separatistas, a unos la boina y a otros la barretina, les impiden ver más allá de su aldea; de la derecha del PP se podía esperar otra cosa, pero quédate ahí sentado...
Ellos son casi progres, algunos, a solo dos pasos de la Alianza de Civilizaciones.
Yo no digo que se meta en la cárcel a los 50.000 que pitaron, eso es algo imposible; pero si juzgar a toda persona de cierta relevancia que lo haya incitado desde los medios de comunicación.
Luego, a los Club de fútbol implicados, una sanción de un millón de Euros a cada uno y dos años sin intervenir en el campeonato. (Aquí solo se aprende cuando la infracción implica el estacazo a la cartera)
No dejan de asombrarme cada día los del PP, con sus complejos, le han regalado a la izquierda la autoridad moral en el ámbito de lo público y privado, enganchándose a su rabo por miedo a ser tachados de fachas.
Yo no me imagino en Francia, Inglaterra, Portugal o Alemania, que tan solo el 10% de los espectadores a un partido, le piten al himno nacional sin que pase nada.
Así nos va.
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