jueves, 2 de abril de 2009

He salido al jardín del alma mía
para ver si vendría esta mañana
el campanero que tocaba la campana
de la Historia de Serón con alegría

No vi su luz, ¿dormiría todavía
como una flor que reposa en su florero?
tal vez sea el descanso del guerrero
maltrecho en el fulgor de su porfía

Y llegó a su aurora con tanta prisa
que dejó marchita su sonrisa,
su afán moribundo en desconsuelo

Lamiéndose la letra de la herida
que fue la causa de su partida.
Por la calle iba desnudo sin su velo

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