Vivo penando, muriendo
razón, mi acacia talada
que con un golpe tremendo
su vida quedó truncada.
Dicen de ti, no eras noble
para lucirte en la Plaza
¿tendrás morera la raza
y fortaleza del roble?.
Hoy lloro por la injusticia
mi dolor por tus agravios
ni un mimo, ni una caricia
¡rodeada de hombres sabios!
Dime si esconde tu muerte
la mano de un mandamás
si por ser árbol, no más
es razón de no quererte.
Tú nunca tuviste un dueño
ni una rama divisoria
¿quién se entregó en el empeño
de borrarte de la historia?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario