Mi queridísimo Paco
¡Cuán triste y desanimado
ese payo, el tío del saco
ha mi honra asesinado!.
Yo que nací seronero
en una humilde morada
sin lujos y sin dinero
sin leche en polvo enlatada.
De la ubre de mi madre
dulce néctar relamía
de la mano de mi padre
a caminar aprendía.
Tuve una infancia tranquila
mi juventud dando saltos
con Los Puntos y Tequila
sin mayores sobresaltos.
Ahora que ya me hice viejo
nadie de mí compasión
me desgarran el pellejo
cada día en televisión.
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