Antiguamente los andaluzos no pasábamos del metro y medio, pero con la llegada del Estatuto de Autonomía, empezaron a darnos yogures fiados, de manera que los zagales crecieron tanto o más que en el Norte de Europa.
El gran profesor y pianista Paco Cánivas jr. es uno de los andaluces criado ya en la época de los yogures.
Cuando yo era un crío me llevaron a Sierra Nevada a tirarme con un plástico en el culo por aquellas vertientes heladas. En otras visitas ya de mayor, he visto a los enchufados de la Junta esquiar con patines como si de unos turistas normales se tratara.
Andalucía tiene unas bodegas de vino muy buenas como son las de González Bias y Montilla Moriles. Las que tenía Ruiz Mateos las han cerrado por quiebra fraudulenta y la de mi tío Emilio Cazorla quedó clausurada cuando se fue con su hija a Austurias para no volver en vida.
Monumentos los hay de mucha categoría, como son el Castillo de Bacares, la Giralda y los baños termales de Alhama de Almería.
Respecto a lo económico tenemos el Polo Químico de Huelva y la Cueva de ladrones de la Junta, con una producción anual de unos setecientos setenta mil hectómetros cúbicos de miseria; situándonos a la cabeza mundial en exportaciones de parados.
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