lunes, 21 de marzo de 2011



Mi querídisima Ana:

Mangas verdes se perdió
con una nube de pájaros
despareció un domingo
con un clavo en el zapato,
de la herida de su planta
y gritos desencajados
solo nos queda el recuerdo
espectral de los fanáticos.

Cuando en vida espumarajos
por las grietas de su boca
en la tiniebla oprimida
por las mazmorras de barro
lodazal de los ascetas
e historias de “candelabro”.

Para traspasar los muros
cavó una zanja de estiércol,
su cuadra guardaba una
estrechez de miserables
que los vientos se llevaron
los detritus de sus labios
donde muere la palabra
de esqueletos inalámbricos.

Se nos marchó la locura
el odio, el resentimiento

Su maleta antisocial
contra curas, feligreses
en barbecho desolado
por el que pastan los bueyes.

Mi bien amada, mi Anita
se nos murió mangas verdes
la mañana en que tu canto
sonaba por los espacios
como un silbato de trenes
suplicio de los lunáticos.

2 comentarios:

Francisco Cánovas Domene dijo...

querido joselui(2 teclas a la vez casi no se pulsar), te leo lo de mangas verdes en varias ocasiones y me tiene intrigado esta alusión que no será casual: ¿puede explicarse? 1/2 abrazo.

seronero dijo...

Mangasverdes es el seudónimo de un afamado historiador de Serón, especializado en la batallas dialécticas de los corrales históricos.

Que se mejore esa mano, los poetas mancos no son nadie; cojos como yo, todavía tienen un pase.

Un abrazo.

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