miércoles, 6 de mayo de 2009

LA ZAPATILLA DE MI MADRE




Alguna vez en mi casa, de un balonazo
de rebote me cargaba una bombilla
entonces llegaba mi madre con la zapatilla
y en el culo me daba un alpargatazo.

Mi abuela siempre salía en mi defensa:
“Encarna déjalo que son cosas de chiquillos”
Y yo que había roto un par de lebrillos
jugando al escondite por la despensa.

Siempre atenta esperando un disparate
que la hiciese pasar por un calvario
cuando se descuidaba me subía en el armario
y me comía una pastilla de chocolate.

Dicen que yo de chico era un bicho malo
pero creo que fueron exageraciones
porque me sabía muy bien las lecciones
para darle un estacazo al gato con un palo

Si veía a mi madre despistada en la cocina
me escapaba de momento hacia el corral
y antes que me echara en falta el personal
ya había desplumao un pollo o una gallina.

Me asustaba diciendo que si no cambiaba
que fuese olvidándome de aquella ilusión
de que pronto haría la Primera Comunión
la verdad, aquella amenaza funcionaba .

2 comentarios:

reme dijo...

y un dia corrias por la cocina y la abuela tropezo y el cazo de la leche algo caliente en el pelo te cayó. yo en la cama con anginas escuchaba la movida :)

seronero dijo...

Pues me daria la mama un azotazo
por estar en medio de la cocina
derramándole a la abuela el cazo
mientras tú en la cama con dolor de angina.

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