viernes, 28 de enero de 2011



En la Plaza de la Ermita
no hay señal de lo que fuera
no se enfada la Latera
cuando el niñerío grita.

El Pohpop en tumba cristiana
donde nadie le alborota
porque el balón no rebota
ni en la puerta ni en ventana.

Y la Domenilla vieja
a los críos llamaba tísicos
no por esos males físicos
de aquella época compleja.

Su trabajo era espantarlos
lejos de la sindical
les tiraba un orinal
de caldo para mojarlos.

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