martes, 18 de enero de 2011
POR EL CANTILLO..., POR PACO CÁNOVAS
La mortecina luz de una farola
cubre de tinieblas El Cantillo:
es noche de fantasmas.
Pasó, camino de la iglesia,
larga hilera que el Nieto guiara
por el Molinillo hacia la Nada.
De la Plaza baja
frotándose de frío las manos
don Pedro Bailina.
Niños de piernas desnudas
se abrigan con cortos sudarios
y guían los aros con tibias humanas;
voces ahogadas pregonan pescado.
Por unos momentos se rompe el encanto
y vacío se queda el Cantillo
de sábanas vanas:
de una luz sale una sombra;
de la sombra, una palabra:
"¡amigo!" y la sombra se hace niebla;
y el amigo, fantasma.
¡Nadie turbe la noche,
que la invadan los fantasmas,
que entre sábanas inanes
y cadenas de algodón
denle vida a nuestras calles!
Por el Cantillo
sigue el frío.
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