A veces vamos tan metidos en nuestras cosas que no nos enteramos de lo que ocurre a nuestro alrededor. Y eso me ha pasado hoy, no me había enterado de la muerte de mi querida Antonia.
Yo tenía muy buena relación con ella y su hermano Pepe. Después de quedarse sola, cuando nos hemos encontrado nos parabamos para echar un rato hablando sobre todo de la gente que se fué.
Hace unos meses le expliqué un poco de estas cosas de Internet donde yo colaboraba con unas poesías chatarreras y le dije que en más de una ocasión la había nombrado - chiquillo y a mí por qué.
-Porque tú significas, como otras tantas personas, nuestra esencia y cuando quiero escribir sobre la gente del pueblo, me vienes a la cabeza- le dije. –Chiquillo, qué cosas tienes, pues tráetelas y me las lees.
Prometí llevárselas, pero me olvidaba y ella me lo recordaba cada vez que nos encontrábamos, hasta que hice un esfuerzo, las preparé y se las llevé.
Le gustaron mucho, sobre todo aquella que hacía referencia a un antiguo amor y se partía de risa. Me habló de aquel pretendiente con mucha gracia, porque Antonia era muy buena persona, salerosa y con un gran sentido del humor.
Bueno, pues ya partió hacia el otro mundo y hoy disfruta de la compañía de su hermano Pepe al que tanto echaba de menos.
Descansa en paz amiga.
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