Desde Bernardo a la Puerta de la Iglesia
en los bancales hay muchos huesos
algunos han sufrido del tiempo procesos
aparecen desintegrados como la magnesia.
Dicen que en Serón hubo crueles batallas
se enfrentaron ejércitos a cara de perro
dejando a lo largo de la ladera del cerro
los muertos apilados en su escalera de fallas.
Algunos sin alcanzar su descanso eterno
se revuelven en su hoyo cuando el frío aprieta
y sintiendo la soledad en su alma inquieta
cambian de refugio, en las noches de invierno.
A nadie extraña como en casas deshabitadas
algunas noches se escuchan voces muy locas
gritos aterradores que salen de sus bocas
tras las paredes que un día fueron abandonadas.
Pasos, carreras, una luz que se enciende
una silla que vuela, la mesa, una risa, un llanto
es un hecho inexplicable que produce espanto
hasta los gatos se asustan con tanto duende.
Yo tenia un amigo que tuvo la mala suerte
al regresar a su casa tras largos años
por las noches salía el agua de sus caños
en la cama le bailaban, la danza de la muerte.
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