jueves, 12 de marzo de 2009

Si comieras lo que manda Zeta pé
no tendrías que preocuparte del dinero,
no le dirías al banco: “prestamé”
ni rascar a fin de mes el monedero.

Te daría mi conejo pelandrero
como dulce como fruta muy sabrosa
como rosa perfumada y olorosa
cual bocado celestial y placentero.

Mandarías a la mierda la inflación
con mis labios por los tuyos digeridos,
por tu boca mis instintos enloquecidos,
perdonadme si no muestro contención.

Esta es su lección de economía
sin políticas de precios y de paro,
nos lo dice con certeza y con descaro
¡mi conejo devorado noche y día!.

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